Los neumáticos son el punto de unión entre nuestro coche y la carretera, por eso, son uno de los elementos del vehículo más importantes para la seguridad.
Se recomienda revisarlos una vez al mes y siempre antes de arrancar. Saber cuándo toca cambiarlos es fundamental y te puede evitar más de un susto. Así que presta atención a lo que te vamos a contar.
El dibujo o la huella del neumático debe tener, como mínimo 1,6 milímetros de profundidad. Lo recomendable es no bajar de 2 milímetros. La huella es de gran utilidad, cuando hay agua en la calzada la porque evita el aquaplanning. Si la huella es inferior, debes cambiarlo.
Cada fabricante recomienda una presión específica para cada modelo. Así que recomendamos seguir sus indicaciones. Sin embargo, ésta no debe superar una desviación de +/-0,3 bar.
Es importante saber que una presión excesiva produce un desgaste temprano del neumático por la parte central de la banda de rodadura y reduce el agarre.
Por el contrario, una presión por debajo de la recomendada desgasta los laterales de la banda, resta precisión y también adherencia. Además, el neumático se recalienta y se desgasta antes de lo debido.
Los neumáticos no tienen fecha de caducidad pero sus propiedades se deterioran con el paso del tiempo (más si los llevamos con las presiones inadecuadas).
Se recomienda cambiarlos cuando alcanzan una antigüedad de 10 años desde su fecha de fabricación.
El neumático es responsable del 20% del consumo total de carburante en un turismo, es decir, uno de cada cinco depósitos, por lo que la elección correcta del neumático es fundamental no solo para la seguridad sino también para el ahorro de combustible.